lunes, 7 de noviembre de 2011

POEMA 10. PABLO NERUDA


Hemos perdido aún este crepúsculo.
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
mientras la noche azul caía sobre el mundo.

He visto desde mi ventana
la fiesta del poniente en los cerros lejanos.
A veces como una moneda
se encendía un pedazo de sol entre mis manos.
Yo te recordaba con el alma apretada
de esa tristeza que tú me conoces.
Entonces, dónde estabas?
Entre qué gentes?
Diciendo qué palabras?
Por qué se me vendrá todo el amor de golpe
cuando me siento triste, y te siento lejana? 


Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo,
y como un perro herido rodó a mis pies mi capa.
Siempre, siempre te alejas en las tardes
hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.
 
Los primeros poemas que leí, sin que nadie, ni ninguna asignatura del colegio de por medio me obligara, fueron los de Pablo Neruda, por eso que son los que más tiempo me han acompañado y siempre, de manera especial, los releo y los recuerdo...

Este es el Poema 10 de su libro Veinte Poemas de Amor y una canción desesperada (1924). Es uno de mis preferidos porque habla sin tristeza de la oportunidad que irremediablemente se pierde...vivir algo que nunca más volverá a ocurrir...compartir un momento irrepetible con los colores de un atardecer, también irrepetible, unido a la mano de alguien amado.

Hay poemas que pertenecen a personas que conocemos y en algún verso, llevan escrito su nombre. Éste poema también es mi preferido porque se llama, como alguien a quien hace algún tiempo quise.